
Por Rosaura Audi.
BUENOS AIRES, 1 (ANSA)- El Espacio Memoria y Derechos Humanos, donde funcionó uno de los más emblemáticos centros de exterminio de la última dictadura en Argentina, es visitado por miles de personas y hoy se plantea no solo como la revisión del pasado sino también como un lugar plural para la consolidación de la conciencia democrática.
"Las primeras sensaciones que percibí en este lugar fueron el persistente hedor, los quejidos y llantos de dolor, los gritos de angustia de los que se encontraban allí secuestrados". Es el testimonio de Andrés Castillo, que figura en un letrero en la ex Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), donde fueron torturadas unas 5.000 personas. Sólo 200 sobrevivieron.
Esta escuela de suboficiales de la marina, ubicada en la capital, fue, junto a la guarnición militar Campo de Mayo, la que se encargó de reprimir toda la zona norte de la ciudad y la provincia de Buenos Aires durante el régimen de facto (1976-1983).
Con sólo una reja que la separa de la transitada avenida Libertador, por un lado, y una escuela secundaria, por el otro, al lugar entraban y salían todos los días vehículos con decenas de detenidos, muchos de los cuales fueron arrojados vivos al mar, después de ser brutalmente torturados.
Tiene 17 hectáreas, con 28 edificios, en uno de los cuales funcionó el centro de torturas, interrogatorios y exterminio, la maternidad clandestina, el acopio de los bienes robados a los detenidos, y el lugar de trabajo esclavo para los pocos que sobrevivieron. Era el Casino Oficiales.
El horror recorre aún los espacios vacíos del edificio, sin reconstrucción alguna, que son visitados por grupos de alumnos, ciudadanos argentinos o extranjeros.
Tras asumir en mayo de 2003, el presidente Néstor Kirchner tomó la decisión política de recuperar el predio y reubicar a la escuela de la armada en otros lugares, un anhelo histórico de los organismos de derechos humanos.
Desde que terminó la dictadura, el 10 de diciembre de 1983, hasta el momento de la recuperación del terreno, el 24 de marzo de 2004, a 28 años del golpe, los militares tuvieron tiempo para limpiar de pruebas todo el ex centro de exterminio.
Pero quedaron los recuerdos de los sobrevivientes, como también las marcas en las paredes -de frases escritas por los detenidos, de tabiques que luego fueron retirados- y en el aire acongojante, cuyo sonido, hueco, transmite la vibración del horror.
Desde 2005 se realizan visitas al Casino de Oficiales, que empezaron siendo de 513 personas ese año y en 2011 llegarán a 20.000 en diciembre.
Aunque ese edificio haya sido el núcleo de la represión, todo el predio funcionó como soporte y por ello primó, en el debate de los organismos y los gobiernos nacional y de capital, la idea de recuperar toda la extensión como un espacio de la memoria y los derechos humanos, que no sólo recordara a las víctimas, sino que generara una reflexión sobre la situación de esos derechos hoy.
Los edificios fueron asignados en tutela al Archivo General de la Memoria, por la nación, al Instituto Espacio y Memoria, por la capital, y a diversos organismos de derechos humanos.
"El espacio tiene como objetivo la transmisión de la memoria, la promoción de los derechos humanos y la reafirmación de los valores democráticos del estado de derecho", afirmó a ANSA Lilia Ferreira, representante del Archivo Nacional de la Memoria ante el Ente Público Espacio Memoria y Derechos Humanos que administra el predio.
"Es un espacio que a través de las actividades y de todo lo que se ponga acá en marcha debe contribuir a la consolidación de una consciencia democrática profundamente respetuosa de los derechos humanos", consideró.
Ferreira explicó que el concepto de memoria que trabaja el espacio "tiene un alcance histórico" y que constituye tanto la presencia del pasado para que no vuelvan a ocurrir la atrocidades cometidas por la dictadura, como también la transmisión de lo vivido a las nuevas generaciones.
Entre los edificios que hoy tienen más actividades figuran los destinados al Centro Cultural Haroldo Conti, el Archivo Nacional de la Memoria, el Espacio Cultural Nuestros Hijos, los canales Encuentro y Pakapaka y las dependencias otorgadas al Instituto Especio para la Memoria, de la capital, entre las que figura el Casino de Oficiales.
ACZ
01/10/2011 15:55