AMSTERDAM, 3 (ANSA) - El entomólogo holandés Bart Knols creó una nueva técnica que le permite matar con su propia sangre los mosquitos que lo pican, un sistema que podría convertirse en una herramienta útil en la lucha contra enfermedades como la malaria y el dengue.
"Matar mosquitos con la
propia sangre es una nueva técnica radical", aseguró desde la sede de
In2Care, su laboratorio de la localidad holandesa de Wageningen.
Por la mañana, el entomólogo
tomó un comprimido cuya composición precisa no revela, ya que está en espera de
obtener una patente que le permitiría utilizar un medicamento de un modo
distinto al de su objetivo inicial: solo explica que se trata de uno de los
muchos tratamientos utilizados para ahuyentar las pulgas de los perros.
La sustancia bloquea el
sistema nervioso de las pulgas y no afecta a los perros: cuando la descubrió
Knols se preguntó si sería igualmente eficaz con los mosquitos, y qué pasaría
si en lugar de tomarla un perro la tomara una persona.
El investigador no descubrió
bibliografía al respecto, salvo el caso de un chino que quiso suicidarse
consumiendo el producto y no lo logró: así pensó que estaría a salvo de
consecuencias letales si ingería la píldora en cuestión.
Luego, obviamente falto de
voluntarios, decidió intentar un paso más: tomó la píldora y metió la mano en
una jaula llena de mosquitos transmisores de la malaria y el dengue. El
asombroso resultado fue que todos, uno a uno, murieron tras picarlo.
El efecto del veneno para los
mosquitos duró 18 horas y finalmente desapareció. Superviviente de la
experiencia, Knol busca ahora un inversor para realizar ensayos clínicos en
cientos de voluntarios, de modo que el medicamento sea autorizado para uso
humano.
"Tal vez Bill Gates
-dijo a la prensa holandesa- podría interesarse. Invierte millones en la lucha
contra el paludismo, y este comprimido podría ser una nueva arma
esencial".
Entretanto, investigadores de
la Universidad de Colorado que efectuaron estudios semejantes distribuyeron
también un producto para tratar parasitosis en Africa, y comprobaron que
acelera la muerte del mosquito portador del paludismo.
Se trata, remarcan algunos
observadores, de un producto "altruista", ya que no se puede salvar
del contagio a la persona picada, pero sí evitar que el mosquito siga
difundiendo la enfermedad. Sin embargo, mientras Knol espera su patente otras
voces advierten que hay que ser prudente, porque no es infrecuente que un
producto prometedor revele en las pruebas clínicas efectos contraproducentes
que luego limitan su efectiva aplicación a gran escala.
Asimismo, para lograr una
auténtica protección el comprimido depende de que cada persona lo tome
regularmente sin olvidar sus dosis periódicas.
03/06/2012 19:27
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