Ángel Guerra Cabrera
Los gobiernos y fuerzas que en América Latina y el Caribe se oponen en
algún grado al neoliberalismo son objeto de una tenaz contraofensiva por parte
de Estados Unidos, del capital financiero y de las oligarquías locales. Aunque
tiene componentes económicos, conspirativos y militares, parte importante de
ella se desarrolla a través del ejército mediático.
Un ejemplo lo tenemos en la percepción estereotipada sobre las economías
de Argentina y Venezuela. Aunque sometidas sus monedas a un ataque especulativo
por grandes corporaciones y fondos de inversión, en ambos casos la mafia
mediática ofrece una imagen caótica distante de la realidad (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=180372)
Cabe subrayar que la contraofensiva no solo intenta derrocar a los
gobiernos que rechazan el neoliberalismo o se resisten a mantener su peor
versión y buscan relaciones fraternas con la Alba. También procura
impedir que continúen gobernando, o lleguen al gobierno, las fuerzas que enarbolan
esas políticas.
En ese contexto se realizaron el 2 de febrero elecciones generales en El
Salvador y presidenciales en Costa Rica, países muy dependientes de Estados
Unidos, agravado por la firma del Tratado de Libre Comercio con este de
Centroamérica y República Dominicana. Tanto en El Salvador, donde desde
2009 gobierna el ex guerrillero Frente Farabundo Martí para la Liberación
Nacional(FMLN), como en Costa Rica, regida hasta esta elección por el
bipartidismo del Partido de La Liberación(PL) y el Partido Unido Social
Cristiano(PUSC) -ambos neoliberales- habrá segunda vuelta por no alcanzar
ningún contendiente la cantidad de votos necesaria para ganar en el primer
turno.
Sin embargo, el candidato del FMLN, actual vicepresidente y ex
comandante guerrillero Salvador Sánchez Cerén, quedó a solo un punto del 50 por
ciento exigido, 10 por encima del segundo en votación Norman Quijano,
anticomunista furioso y abanderado de Arena, partido fundado por el mayor
Roberto d´Abuisson, autor intelectual del asesinato de Monseñor Arnulfo
Romero(1980) y de numerosos crímenes de los escuadrones de la muerte (http://es.wikipedia.org/wiki/Roberto_d'Aubuisson).
De nada valió la campaña de lodo de J.J. Rendón, asesor de Quijano, de Henrique
Capriles y de otros políticos neoliberales.
Ello confirma el apoyo popular a la gestión de gobierno del FMLN y
su capacidad de movilización pero a la vez muestra la influencia política que
conserva Arena pese al terrible costo social de sus corruptos gobiernos y su
sangriento pasado. Por otra parte, la abstención de la mitad del electorado
evidencia un sector poblacional insatisfecho con las insuficientes aunque
justas políticas sociales del FMLN y la obsequiosidad ante Washington de Mauricio
Funes, actual presidente llevado al cargo por la ex guerrilla.
El FMLN, para asegurar la victoria en segunda vuelta frente a una
derecha que cerrará filas en torno a Quijano, tiene un potencial de votos
entre los que se abstuvieron, en parte debido a que su campaña se desarrolló
principalmente en televisión, abandonando el trabajo casa por casa que lo
caracterizó en anteriores comicios. Retomarlo en el segundo turno parece
más importante que su no descartable objetivo de ganar a los seguidores del derechista
ex presidente Antonio Saca(11.41% de sufragios).
En cuanto a las elecciones ticas es evidente la quiebra del bipartidismo
tradicional en la Suiza de Centroamérica, donde el PL fundado por José Figueres
obtiene el peor resultado de su historia y el PUSC logra una votación
insignificante, ambos marcados por la corrupción y la entrega del país a las
transnacionales (http://nicaraguaymasespanol.blogspot.mx/2013/10/reportaje-monocultivos-transgenicos.html).
Mientras tanto, contra las encuestas quedó en primer lugar el ex
liberacionista candidato presidencial Luis Guillermo Solís del ascendente
Partido Acción Ciudadana, quien cuestionó el TLC con Estados Unidos. Pero el
dato más trascendente es el ascenso del joven abogado José María Villalta, que
muchas encuestas daban como puntero pero cuya candidatura fue demolida a última
hora acusándolo de chavista y comunista ante un electorado muy conservador. No
obstante, consiguió 17.7 de los votos y su partido Frente Amplio, el que más ha
crecido en votación, subió de uno a diez diputados. Surgidos de la admirable
resistencia popular y juvenil contra el TLC, Villalta y su partido expresan la
nueva política de masas por la verdadera independencia y la unidad
latino-caribeña.
Twitter:
@aguerraguerra