La Mayor de las Antillas terminó el
2014 manteniendo la cifra alcanzada al cierre del 2013 y hasta ahora la más
baja de su historia, posicionándose entre las primeras naciones del mundo con
más bajo indicador
2 de enero de 2015 20:01:17
Cuba terminó
el 2014 manteniendo en 4,2 por mil nacidos vivos la tasa de mortalidad
infantil, alcanzada al cierre del 2013 y hasta ahora la más baja de su
historia, posicionándose entre las primeras naciones del mundo con más bajo
indicador.
Las
provincias de Cienfuegos, Pinar del Río, y Villa Clara reportaron las menores
tasas con 3,0; 3,1 y 3,2, respectivamente; y además se mantienen por debajo del
indicador nacional Santiago de Cuba, Holguín, La Habana, Sancti Spíritus,
Guantánamo y el Municipio Especial Isla de la Juventud. Igualmente en 24
municipios del país no ocurrieron defunciones infantiles.
La
diferencia entre la tasa de mortalidad infantil del país y la de los municipios
que integran el Plan Turquino (zonas rurales y de difícil acceso) es de solo
0,6 décimas y expresa la uniformidad de las acciones del Programa Materno
Infantil y del Programa del Médico y la Enfermera de la familia, conquistas de
una sociedad que protege a su infancia y que no escapa de los efectos del
bloqueo impuesto a Cuba por más de 50 años por Estados Unidos.
“El 2014 fue
un año en el que se trabajó para reducir los efectos de la prematuridad, se
generalizó el uso de la progesterona a todas las gestantes con riesgo de parto
pretérmino, se hizo un uso más eficiente de las camas de hogares maternos
disponibles, se perfeccionaron los protocolos de manejo perinatológico y se
incrementó la supervivencia de los recién nacidos con menos de 1 500 gramos en
los servicios de neonatología”, explicó a Granma el doctor Roberto Álvarez
Fumero, especialista en Pediatría y jefe del departamento del Programa Materno
Infantil en el Ministerio de Salud Pública.
Entre las
principales causas de muerte en menores de un año se encuentran las afecciones
originadas en el periodo perinatal, los defectos congénitos y enfermedades
genéticas, y las infecciones.
“En el caso
de los defectos congénitos y las enfermedades genéticas, representaron el 21 %
del total de defunciones y se ratifica el país entre los de más baja mortalidad
infantil por esta causa en el mundo. Cuando se compara con los países más
desarrollados y con este indicador por debajo de cuatro por mil nacidos vivos,
se aprecia una notable diferencia, si se tiene en cuenta que en esas naciones,
las malformaciones congénitas representan el 40 % de las causas de muerte en
menores de un año”, precisó Álvarez Fumero.
El Programa del Médico y la Enfermera de la familia ha
posibilitado darle seguimiento, en cualquier parte del país, a las embarazadas
en todas las etapas de gestación y luego a los recién nacidos durante su primer
año de vida. Foto: Dilbert
Reyes Rodríguez
Esto es
resultado de la prioridad que el Sistema de Salud Cubano concede al programa de
diagnóstico, manejo y prevención de defectos congénitos y enfermedades
genéticas, que tiene su principal fortaleza en la presencia de asesores
genéticos en la atención primaria de salud, como parte de una red que alcanza
los tres niveles de atención en Salud.
Según datos
preliminares ofrecidos por la Dirección Nacional de Registros Médicos y
Estadísticas del Ministerio de Salud Pública, las defunciones en edad
preescolar (niños entre uno y cuatro años de edad) disminuyen en 12 respecto al
2013 y las principales causas son las lesiones no intencionales, los tumores
malignos, las infecciones respiratorias agudas y las anomalías congénitas. Su
tasa de mortalidad se reduce de 4,1 a 3,8 por cada 10 000 habitantes de esas
edades.
La
mortalidad escolar (entre 4 y 15 años) también disminuye el indicador de 1,9 a
1,8 por cada 10 000 habitantes de esas edades y se reducen en 13 las
defunciones.
La atención a los prematuros y bebés con bajo peso al nacer es
una de las fortalezas del Programa Materno Infantil cubano y que ha permitido
obtener durante dos años una tasa de mortalidad de 4,2 por cada mil nacidos
vivos. Foto: Guerrero
Ocaña, Maylin
El país
mejora la tasa mortalidad materna, de 38,9 en el 2013 a 35,1 por cada 100 000
nacidos vivos y por tercer año consecutivo no ocurren más de 27 muertes de
mujeres directamente relacionadas con el embarazo, el parto y el puerperio como
resultado de la sostenibilidad del trabajo en ese programa. En la provincia de
Mayabeque y en el Municipio Especial Isla de la Juventud no ocurrieron
defunciones maternas.
Según el
doctor Álvarez Fumero, la consolidación de los resultados expresan el impacto
de las transformaciones realizadas por el sistema de salud, destacando el
reordenamiento y rescate de los principios fundacionales de la atención
primaria.
Foto: Guerrero Ocaña, Maylin
“Han sido
factores contribuyentes el desarrollo alcanzado por los servicios de cuidados
perinatales y de cuidados intensivos pediátricos y neonatales, la consolidación
de la red cardiopediátrica y el perfeccionamiento de la cirugía neonatal. Es
resultado de la integración alcanzada por todas las áreas del Ministerio de
Salud Pública, las garantías de aseguramiento material y la mejora paulatina de
las condiciones estructurales de las instituciones, favorecidas en los últimos
tres años con un amplio proceso inversionista y de mantenimiento”, concluyó.
Foto: Granma