Primera visita
de un presidente de EU a La Habana en 88 años
No se espera un encuentro con Fidel Castro, según asesor de
seguridad
Antonio
González, impulsor de uno de los primeros esfuerzos entre organizaciones
latinas para cambiar la política estadunidense hacia Cuba, en 1996, dijo que
Obama ha iniciado un proceso de curación de una herida de 60 años, y lo
logró sin el apoyo del Congreso. La imagen, en La Habana. Foto Afp
David Brooks - Corresponsal Periódico La Jornada
Viernes 19 de febrero de 2016, p. 21
Nueva York.
El presidente Barack Obama
coronará su histórica iniciativa de restablecer relaciones con Cuba al viajar a
la isla el próximo 21 de marzo, en lo que será la primera visita presidencial
estadunidense en 88 años, y con la cual busca consolidar sus avances para
desmantelar una política de aislamiento de más de medio siglo.
Obama viajará a La Habana con
su esposa, Michelle, el 21 y 22 de marzo, donde se reunirá con el presidente
cubano, Raúl Castro, después de que ambos sorprendieron al mundo a finales de
2014 al anunciar su acuerdo de restablecer relaciones diplomáticas y promover
el comercio y otros intercambios.
El próximo mes viajaré a Cuba
para promover nuestro progreso y los esfuerzos que pueden mejorar la vida del
pueblo cubano, escribió hoy Obama en su cuenta de Twitter, después de que la
Casa Blanca anunció oficialmente el viaje en un comunicado de prensa.
Las declaraciones del
presidente y su equipo subrayaron las preocupaciones estadunidenses sobre los
derechos humanos en Cuba y las diferencias que existen entre ambos gobiernos.
Obama reiteró que éstas se presentarán directamente con su contraparte.
Ben Rhodes, asesor asistente
de seguridad nacional de la Casa Blanca, comentó a reporteros que se reunirá
con el presidente cubano, pero no espera un encuentro con Fidel Castro. A la
vez, informó que Obama se reunirá con activistas de la sociedad civil y
cubanos de varias esferas, y que seguramente buscará una oportunidad para
dirigirse al pueblo cubano.
Rhodes indicó que aunque
reconocen algunos avances en la isla, francamente, siempre vamos a tener
diferendos con este gobierno porque tienen un sistema político diferente.
Insistió en que el gobierno cubano puede mejorar las condiciones para el pueblo
cubano y ser parte de la evolución de la isla.
Los avances en la relación
desde que Obama y Castro anunciaron sus intenciones incluyen la reapertura de
sus respectivas embajadas, la ampliación de viajes e intercambios de negocios;
Washington retiró a Cuba de su lista de estados que patrocinan el terrorismo,
se anularon los límites en el envío de remesas y se anunciaron una serie de
iniciativas empresariales en turismo, telecomunicaciones y manejo de tarjetas
de crédito, y apenas la semana pasada se anunció un acuerdo para restablecer
vuelos directos entre ambos países. Esta semana la secretaria de Comercio de
Estados Unidos, Penny Pritzker, y una delegación de contrapartes cubanos
encabezada por el ministro de Comercio, Rodrigo Malmierca, se reunieron en
Washington para ampliar estas relaciones.
Pero todo esto se ha hecho de
acuerdo con órdenes ejecutivas de Obama, ya que el bloqueo económico permanece
en vigor, y sólo el Congreso puede levantarlo, algo que por ahora es casi
imposible por el control de la legislatura que tienen los republicanos.
El viaje, justo en una coyuntura
electoral presidencial en este país, de inmediato se volvió tema en la pugna
política. Como era de esperarse, los dos precandidatos presidenciales
republicanos cubanoestadunidenses condenaron el anuncio. El senador Ted Cruz
dijo que Obama, en su viaje, actúa como un apologista del régimen
cubano y que era un error. El senador Marco Rubio afirmó que como
presidente jamás visitará la isla de sus padres si no es una Cuba librey
acusó que el régimen cubano es tan opresivo como siempre.
Pero la vieja posición
anticastrista es cada vez más minoritaria en este país, tanto en círculos
políticos como empresariales.
Más aún, por primera vez la
mayoría de estadunidenses (54 por ciento) tiene una percepción favorable de
Cuba, según una encuesta anual de Gallup sobre el tema difundida esta semana.
En 1996, el primer año en que sondeó este tema, sólo 10 por ciento opinaba
favorablemente de la isla.
El abogado José Pertierra,
experto en la relación Cuba-Estados Unidos y participante en varios momentos y
asuntos claves en la historia de esta relación (perseguidor legal del
terrorista Posada Carriles y abogado de Elián González, entre otras), comentó a La
Jornada que el viaje tiene implicaciones más allá de lo simbólico, porque
Obama desea que el giro en la política sea irreversible. Por lo tanto, el
objetivo del viaje y más es afincar las decisiones del 17 de diciembre de
2014, y las que han seguido y seguirán hasta que salga de la Casa Blanca. Entre
éstas, está buscar que Cuba no sólo pueda comprar de Estados Unidos, sino que
pueda vender productos, requisito de cualquier relación bilateral normal entre
dos países.
La idea de Obama es
desmoronar lo más posible el bloqueo, para que ya casi no quede nada cuando por
fin lo levanten, concluyó Pertierra.
Peter Kornbluh, director del
proyecto sobre Cuba en el National Security Archive, y coautor, con William Leo
Grande, del libro Diplomacia encubierta con Cuba: Historia de negociaciones secretas entre Washington y La
Habana(publicado en español por el Fondo de Cultura Económica y presentado esta
semana en la Feria del Libro en La Habana, consultar, dijo a La
Jornadaque el viaje no sólo es histórico, sino importante para que Obama
logre consolidar los cambios que ha promovido, y dejar esto como parte de su
legado.
Indicó que Obama sólo tiene 10 meses más en la Casa Blanca y por
eso decide hacer el viaje ahora. Resaltó que con ello presionará para levantar
el bloqueo al generar mayor presión entre el Congreso y la sociedad
estadunidense.
Creo que esta es la iniciativa más popular de Obama durante su
presidencia y la que tendrá las implicaciones históricas más importantes,
consideró Antonio González, del Instituto William C. Velázquez, que impulsó uno
de los primeros esfuerzos entre las organizaciones latinas para cambiar la
política estadunidense hacia Cuba en 1996. González dijo que Obama ha
iniciado un proceso de curación de una herida de 60 años, y lo logró sin el
apoyo del Congreso.
Consideró que aunque es legítimo el argumento de Obama de que insistirá
en mejorías en materia de derechos humanos en la isla, el presidente también
debe entender que tiene que ofrecer un quid pro quo que incluya que
Estados Unidos deje de enviar fondos a programas de asistencia de la Usaid y el
Fondo Nacional de la Democracia (NED) para los llamados disidentes en Cuba,
poner fin a Radio Martí, cerrar y devolver la base de Guantánamo, así como
suspender la Ley de Ajuste Cubano, que permite el ingreso de inmigrantes
cubanos sin papeles y alimenta la fuga de cerebros de la isla, entre otros.