Por Dr. Néstor García Iturbe
“La sensación de
cumplir con el más sagrado de los deberes,
luchar contra el
imperialismo donde quiera que esté”
Che
Cuando algunos oyeron hablar
a Donald Trump de construir un muro en la frontera entre Estados Unidos y
México, lo consideraron algo horrible, e inclusive fue uno de sus pronunciamientos
más repetidos para crear fobia entre los votantes latinos, principalmente
aquellos cuyas familias quedarían, una parte de un lado del muro y otra parte
de la otra.
Es importante destacar,
que la frontera entre Estados Unidos y México no está señalada por una
línea de color amarillo , pintada en el piso, que cada cinco metros tiene un
letrero que anuncia, “ POR FAVOR, SI USTED ES UN INMIGRANTE ILEGAL, NO PASE”.
En realidad, el muro a que
hizo referencia Donald Trump durante su campaña electoral está edificado en más
1,400 kilómetros y el resto de la frontera, cerca de 800 kilómetros, cuenta
con una cerca, de aproximadamente tres metros de altura, coronada de
alambre de púas a la que se le ha agregado un alambre electrificado.
Además de todo eso, existe la
patrulla fronteriza, integrada por decena de miles de efectivos armados, con
vehículos que le permiten recorrer la frontera, auxiliados por cámaras de
televisión, equipos para detectar intrusos, perros entrenados en cazar
inmigrantes, aviones, helicópteros y drones.
Las intenciones evidentes de
Trump no son similares a las de Obama. Trump no quiere que entren, Obama,
aparentemente, tampoco lo quiere, eso justifica los millones de dólares
gastados en la frontera, pero hasta el momento, una parte de los que han
entrado, durante la administración Obama, en un número de 3 millones, han sido
deportados, de ahí que al Premio Nobel de la Paz, además le llamen El
Deportador en Jefe.
Los inmigrantes ilegales que
son detenidos, van a unas cárceles privadas que se crearon en época de Clinton,
donde pasan varios meses a costa de los impuestos que paga el contribuyente
estadounidense. Este es un buen negocio y por eso es necesario que los
inmigrantes ilegales entren, pues si no entran , se acaba el negocio. Se dice
que la familia Clinton, especialmente los hermanos de Hillary, reciben una
parte importante de las utilidades que produce el negocio de estas
cárceles.
Cómo puede comprenderse, el
muro tiene varias versiones, hay muchos intereses detrás de este y las
consecuencias de que los inmigrantes ilegales puedan continuar entrando en
Estados Unidos, entre otras, que constituyen una mano de obra barata utilizada
por muchas empresas y agricultores estadounidenses, que para bajar sus costos
de producción, contratan este personal y dejan sin empleo a inmigrantes que ya
se encuentran viviendo legalmente en Estados Unidos.
Una de las más recientes
decisiones de la administración Obama, ha sido enviar 150 efectivos
adicionales para cuidar la frontera. Obama le está agregando altura a
su muro. Si estos 150 efectivos aumentan las detenciones de
ilegales, habrá más personas en las cárceles y el negocio recibirá más
ingresos. Al parecer, están tratando de aprovechar los meses que le quedan.
En este año, hasta el mes de
septiembre, se han detenido 408,870 inmigrantes ilegales, muchos de ellos niños
y familias enteras que tratan de violar los controles fronterizos. De acuerdo
con la información publicada por la Agencia de Aduana y Protección de Frontera
(CBP) se refleja un aumento de un 23.4 por ciento en este tipo de violación. En
dichas estadísticas se plantea que los niños que viajan sin acompañante son
principalmente de Honduras, Guatemala y El Salvador.
El muro existe, y donde no
está edificado, existe la cerca perimetral. En la campaña electoral, se trató
de explotar la ignorancia de muchos para que fuera un argumento, que la mayoría
repitiera y le restara votos a Trump.
Es cierto que Trump fue el
primero en hablar del muro, quizás fue un recurso electoral, hablar de un
símbolo, para caracterizar una posición política y llamar la atención
sobre un serio problema que existe en Estados Unidos, la inmigración ilegal.
No puede sorprendernos que
esta y otras mentiras se utilicen en las campañas electorales, ese es el
sistema. Lo importante es no creer todo lo que dicen y verificar si es cierto o
no.
La Habana, 13 de noviembre
del 2016