Por Dr. Néstor García Iturbe
El día 20 de enero, el actual
presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tomó posesión de su cargo.
Debe destacarse que en su
contra se organizaron una serie de manifestaciones, no solamente en
Washington, la capital, sino también en otras 20 ciudades. En uno de los
anuncios de dichas manifestaciones se ofrecían 2,500 dólares a todo el que se
uniera a las mismas.
Algunos órganos de prensa
publicaron encuestas en las que se destacaba la baja popularidad del
presidente. Estos órganos eran prácticamente los mismos que en sus
encuestas anteriores planteaban que Hillary Clinton sería la ganadora de las
elecciones.
Un número de
Congresistas demócratas se han opuesto a las nominaciones de los miembros del
gabinete de Trump y aproximadamente 40 de estos, no asistieron a la ceremonia
inaugural de toma de posesión.
Todo esto que destacamos, nos
indica que la administración Trump, desde un principio, tendrá que enfrentarse a
la oposición de los que perdieron el poder y además, de los que saben perderán
cientos de millones de dólares, cuando el actual presidente comience a tomar
las medidas que prometió para incrementar los puestos de trabajo.
Un buen número de
residentes en Estados Unidos, legales e ilegales, también se sumaron a la
protesta, la mayoría de estos como advertencia de que no aceptarían acciones
que pudieran incrementar la crítica situación en que viven o restarle algunas
de las posibilidades que ahora tienen. Dentro de los manifestantes habían
grupos de ambientalistas, inmigrantes, nativos, defensores de los derechos
humanos, de la mujer y otros.
El discurso inaugural de
Trump estuvo dirigido principalmente a los ciudadanos estadounidenses. Habló de
reconstruir el país y quitarles el poder a los políticos para
devolvérselo al pueblo.
“We are transferring power from Washington, D.C., and giving it back to
you, the people,”
Mencionó que terminaría la
situación en que un pequeño grupo se beneficia con el poder mientras el pueblo
sufre.
Citó cómo las fábricas se
cerraban y los trabajadores perdían sus empleos mientras que la clase dominante
garantizaba sus intereses, eso va a cambiar, dijo y cambiará a partir de hoy
mismo. Dijo construiría puentes, túneles y carreteras, que proporcionarían
empleo.
Expresó que la nación existía
para que sus ciudadanos tuvieran una vida segura, buenas escuelas y empleos,
sin embargo ahora lo que tiene es pobreza, fábricas cerradas, un sistema
educativo muy caro que no imparte los conocimientos necesarios, delincuencia y
drogas, todo lo cual se detendrá en este mismo momento donde él toma posesión.
Dentro del discurso dijo que
había quienes se enriquecían mientras defendían las fronteras de otros y no
defendían las nuestras, en todo eso gastaban trillones de dólares, defendiendo
otros países.
A partir de ahora, expresó,
los intereses de Estados Unidos serán los primeros a la hora de fijar la
política en comercio, impuestos, emigración, política exterior, todo lo cual se
hará para proteger a los estadounidenses. La protección será la política
principal.
Comprar lo que se produce en
Estados Unidos e incrementar lo que se produce en Estados Unidos. Desarrollar
una política de buena voluntad con todos, sin imponer a otros nuestra forma de vida.
Fortalecernos y erradicar el terrorismo islámico.
“Fight against radical Islamic terrorism.”
Poner por encima de todo la
lealtad a nuestro país y garantizar la protección de la nación, con nuestras
Fuerzas Armadas y con Dios.
Cambiar y pensar en grande,
no aceptar los políticos que hablan mucho y no hacen nada. Llegó el fin
de la habladuría, el momento es de actuar, todo se puede hacer.
“No longer accept politicians who are all talk and no action.” “The time
for empty talk is over,” “Now arrives the hour of action.”
Vamos a trabajar en función
de subsanar la división existente en nuestra nación, negros, mulatos y blancos,
todos tenemos la sangre roja de nuestros patriotas, disfrutamos de las mismas
libertades gloriosas, y todos saludamos la misma inmensa bandera
estadounidense.
“Whether we are black or brown or white, we all bleed the same red blood
of patriots, we all enjoy the same glorious freedoms, and we all salute the
same great American flag,”
Nuestro pueblo nunca más será
engañado y tendremos unos Estados Unidos ricos, fuertes, orgullosos y seguros.
No permitan que alguien les
diga que no se puede hacer, dijo Trump, ningún reto puede igualarse al corazón,
la lucha y el espíritu de Estados Unidos. Nosotros no fallaremos. Nuestra
nación florecerá y prosperará nuevamente.
“Do not let anyone tell you it cannot be done," " No challenge
can match the heart and fight and spirit of America. We will not fail. Our
country will thrive and prosper again."
Vamos a hacer a Estados
Unidos grande otra vez.
MAKE
AMERICA GREAT AGAIN
Este es un resumen de lo
dicho por el presidente Trump. Considero importante recordar estas ideas, que
son propias de una política conservadora y nacionalista, que promueve, al
menos al principio, una economía cerrada y permite suponer, que la
política injerencista de Estados Unidos tendrá modificaciones.
Es interesante que se
pronunciara contra los políticos, precisamente frente a ellos y que en su
discurso traslade esperanzas a la clase trabajadora, seguramente fundamentadas
en las inversiones que realizarán en Estados Unidos la Ford Motor, la General
Motors, la Chrysler e inclusive algunas empresas japonesas, lo cual asegura
incremento de los empleos.
Su frase sobre construir
puentes, túneles y carreteras, también incrementa las posibilidades de empleo,
sin que llegue al mercado una mercancía, por lo que es parte de sus planes de
reanimación económica, quizás copiando un poco las TRES R del presidente
Roosevelt.
Lo cierto es que debemos
estar atento a todo lo que de ahora en adelante desarrolle el equipo de Trump.
Debemos definir si lo dicho
en el discurso será realidad, o demagogia. El tiempo lo dirá.
La Habana, 20 de enero del
2017
GRUPO
EL HERALDO sarahnes@cubarte.cult.cu
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