Cubasí
- Omar Pérez Salomón/ La Pupila
Insomne - Miércoles, 12 Julio 2017 09:24
En los
momentos actuales en que se acrecienta la lucha ideológica de las fuerzas
revolucionarias contra el imperialismo no es casual que aparezcan tendencias
reaccionarias como el centrismo o la teoría de la tercera vía.
Hay quienes
se han quejado de que en los últimos tiempos es excesivo la cantidad de
materiales sobre el tema publicados en los llamados sitios oficiales; pero creo
que obedece a que los revolucionarios han tomado la ofensiva en el combate
cotidiano para explicar, esclarecer y hacer conciencia en la ciudadanía cubana
acerca de la esencia y los objetivos de esa corriente política pagada y
alentada por el imperialismo.
En el caso
de Cuba no es un fenómeno nuevo. Con las ideas socialistas que penetraron en la
isla en la década de 1880, se mezclaron concepciones incorrectas sobre la forma
de lucha que provocó una fuerte confusión ideológica.
En esta época,
Carlos Baliño, realizó ingentes esfuerzos por divulgar entre los obreros
emigrados en Estados Unidos las ideas del socialismo y por hacerles
comprender que la lucha por la independencia debía ser una aspiración
fundamental de la clase obrera.
José Martí
en este período se convierte en líder indiscutible, por su avanzado pensamiento
y actividad práctica a favor de la unidad de los cubanos para la lucha de
liberación nacional.
Recoge las banderas de Céspedes, Agramonte y de todos aquellos héroes que cayeron
durante los diez años de guerra y lleva sus ideas revolucionarias a la más alta
expresión.
Es conocido
que la mayoría de la burguesía azucarera y elementos procedentes de las capas
medias vinculados a esos intereses, le hicieron el juego a España integrando el
Partido Liberal Autonomista con el objetivo de frenar la revolución inminente.
Esta organización trataba de demostrar que la lucha por la independencia no era
la única vía de que los pueblos pudieran ser libres, adoptando una postura
contrarrevolucionaria. Al respecto Martí expresó:
“… lo poco
que lleva Cuba de obtenido después del Zanjón, se debe más al miedo a los
revolucionarios que a la súplica de los pacíficos […].” [1]
“… aún hay
otro peligro mayor, mayor tal vez que todos lo demás peligros. En Cuba ha
habido siempre un grupo importantes de hombres cautelosos, bastantes soberbios
para abominar la dominación española, pero bastante tímidos para no exponer su
bienestar personal en combatirla. Esta clase de hombres, ayudados por los que
quisieran gozar de los beneficios de la libertad sin pagarlos en su sangriento
precio, favorecen vehementemente la anexión de Cuba a los Estados Unidos.” [2]
Esos mismos
elementos centristas fueron aliados inmediatos de la ocupación militar
norteamericana en Cuba el 1ero de enero de 1899. Uno de sus representantes,
Eliseo Giberga, que integró las filas autonomistas, diría en esos momentos:
“… La
revolución separatista no fue más que un movimiento político que tenía un fin
único; el de nuestra independencia poniendo término a la soberanía de España en
Cuba. La revolución … no quiso alterar y reformar sino lo que fuera necesaria
consecuencia de la extinción de la soberanía española y … han aparecido entre
los revolucionarios, quienes amenazan con extender a otros fines las obras de
la revolución … Y ante este propósito, los conservadores nos hemos levantado a
combatirlo y a denunciarlo […].” [3]
Es
importante conocer estos antecedentes para entender las características y cómo
se manifiesta en la actualidad.
En julio de
2014 se celebró en Cartagena de Indias, Colombia, una cumbre de la Tercera Vía,
con la participación del ex presidente estadounidense Bill Clinton, el ex
primer ministro británico Tony Blair, el ex presidente del gobierno español
Felipe González, los ex mandatarios de Chile Ricardo Lagos y de Brasil
Fernando Henrique Cardoso y el presidente colombiano Juan Manuel Santos.
En ese
evento Santos destacó el lema que describe a este camino alterno al liberalismo
y al comunismo: “El mercado hasta donde sea posible, el Estado hasta donde sea
necesario”.
El diseño
para su aplicación en Cuba tiene el sello made in USA. Entre sus principios
están fomentar una clase media en Cuba que se separe de las mayorías; promover
un sector no estatal sin el control del Estado de tal manera que cambie la
actual estructura social; transitar por un camino intermedio entre el
capitalismo y el socialismo que permita alcanzar un consenso entre los
revolucionarios y los contrarrevolucionarios, como si en las condiciones
históricas de Cuba pudiera ocupar espacio una tercera posición; además, generar
reformas socio políticas de corte burguesas y neoliberal.
Utilizan
medios de comunicación que divulgan contenidos con un lenguaje que evita el
enfrentamiento; pero que sin embargo atacan la institucionalidad de nuestro
proceso revolucionario, presentan a Cuba como un modelo de socialismo fracasado
donde el Estado anula la realización del individuo en la sociedad, manipulan
los logros de la Revolución y lo alcanzado en materia de justicia social.
De la misma
manera aprovechan vacíos informativos para provocar incertidumbre sobre
determinados asuntos y recurren a temas que despiertan interés en la sociedad.
También aprovechan como plataforma subversiva el incremento en el uso de las
Tecnologías de la Información y la Comunicación y el acceso a la red de redes
producido en nuestro país, que ha permitido que unos 4 millones de usuarios
accedan a las redes sociales, a aplicaciones para móviles, a servicios en la
red, a redes informales y realicen comercio electrónico.
Los
ideólogos de esta corriente esgrimen un discurso desde supuestas posiciones
revolucionarias y este va dirigido fundamentalmente hacia los sectores
académico, intelectual y de la prensa.
Hoy más que
nunca se impone continuar el debate, el intercambio de ideas y transmitir estos
elementos al pueblo revolucionario, que es mayoría.
Vale
recordar a Fidel cuando expresó en 1956:
“En el mismo
lugar de oprobio y vergüenza debieran escribirse un día los nombres de quienes
estorban la tarea de libertar a su patria como los de quienes la oprimen. En
Cuba hay, desdichadamente, muchos que hasta hoy no han hecho absolutamente nada
por redimirla de la tiranía y, sin embargo, han estorbado todo lo posible. Lo
sabemos muy bien quienes desde hace varios años no hemos descansado un minuto
en el cumplimiento áspero y duro del deber […].” [4]
[1] José Martí: “Carta abierta a Ricardo Rodríguez
Otero”, 1886, en Obras Completas, t 1, Editorial Nacional de Cuba, La Habana,
1963, p.191-192.
[2] José Martí: “Al General Máximo Gómez”, Nueva York,
26 de julio de 1882, en Obras Completas, ed. Cit. t.1, p.169.
[3] Eliseo Giberga: “Discursos parlamentarios”, en
Obras, t. III, Imprenta y Papelería Rambla, Bouza y Cía., La Habana, 1930,
p.523.
[4] Fidel Castro Ruz: “El Movimiento 26 de Julio”,
Bohemia, 1 de abril de 1956