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- 14 nov 2018 12:08 GMT
En caso de que
Pekín no introduzca cambios en sus actividades económicas, militares y
políticas, Washington podría duplicar los aranceles sobre sus bienes, ha
afirmado el vicepresidente estadounidense.
A finales de este mes, cuando el presidente estadounidense, Donald Trump,
se reúna con el líder chino, Xi Jinping,
en la cumbre del G20 en Argentina, la creciente tensión entre las dos potencias
mundiales se enfrentará a una prueba crucial, ha afirmado el
vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, en una reciente entrevista ofrecida
a The Washington Post.
Asimismo, aconsejó a China que si quiere evitar una guerra fría
abierta con EE.UU. y sus aliados, debería cambiar radicalmente su
comportamiento. Si Pekín no lo hace, Washington no retrocederá, advirtió
el político.
Pence afirmó que el presidente Trump ha dejado la puerta abierta
para un acuerdo con Xi en Argentina, pero señaló que esto depende de si Pekín
está dispuesta a introducir cambios a gran escala en sus actividades
económicas, militares y políticas.
Según Pence, esta es la mejor oportunidad -si no la última– para China
de evitar un escenario de guerra fría con EE.UU.. "Creo que esto en gran
medida dependerá de [la cumbre en] Argentina", destacó.
"La actitud del presidente [Trump] es que queremos asegurarnos de
que ellos [China] sepan nuestra posición, y lo que estamos dispuestos a hacer,
así que pueden llegar a Argentina con propuestas concretas que
aborden no solamente el déficit comercial al que hacemos frente", afirmó.
Si Pekín no presenta concesiones concretas, Washington estará
dispuesta a aumentar su presión económica, diplomática y política sobre China,
dijo Pence, afirmando que EE.UU. estará en "una posición fuerte de todas
formas".
"Estamos en 250.000 millones de dólares [en aranceles] ahora.
Podemos duplicarlo y más. (…) Estamos buscando resultados. Estamos
buscando un cambio de postura [por parte de China]", dijo.
Por otra parte, al ser preguntado sobre qué pasaría si Pekín no acepta
cambiar su actitud en la región asiática, especialmente su postura sobre las
disputadas aguas del mar de la China Meridional, para evitar una guerra
fría con Washington, Pence respondió: "Entonces, que así sea".
"Estamos aquí para quedarnos", concluyó el vicepresidente
mientras sobrevolaba la zona a bordo del avión Air Force Two en dirección a
Singapur.
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