Publicado en Cubadebate 26 mayo 2018
Ricardo Martinelli. Foto tomada de elfortindeguayana.com
El
expresidente panameño Ricardo Martinelli (2004-2009) reconoció su servilismo a
los servicios especiales estadounidenses contra Cuba, en un mensaje al gobierno
y pueblo de Estados Unidos que publicó la prensa local.
“Cuando la
CIA (Central de Inteligencia estadounidense) pidió que yo detuviera un barco
norcoreano proveniente de Cuba que cruzaba el Canal de Panamá, no pestañeé.
Personalmente examiné el barco”, señaló en su carta.
“Tras
incautar el barco, el presidente de los Estados Unidos llamó para agradecerme
por intervenir y seguir las instrucciones de la CIA”, escribió Martinelli,
quien en una bochornosa confesión dijo que supuestas autoridades cubanas lo
amenazaron por ello y que en cambio las estadounidenses vinieron “para
tranquilizarme”.
Jorge Eduardo
Ritter, excanciller y analista político, tildó de “vergonzoso” el documento y
señaló que en su lectura “siento una profunda vergüenza que un expresidente de
Panamá haya escrito semejante carta, así sea con el ánimo de que no lo
extraditen”, declaró a TVN.
Por su
parte, Alonso Illueca, especialista en derecho internacional, detalló que las
implicaciones de lo confesado por el exmandatario “puede tener efectos mucho
más nocivos para la imagen” de la nación, que los Panama Papers; “es dañina
para los intereses de Panamá y varios otros países”, expresó al mismo medio.
Entre sus
lamentos, Martinelli escribió: “Como expresidente de Panamá, estoy siendo
perseguido por mi exvicepresidente, y actual presidente de Panamá (Juan Carlos
Varela), por una venganza política personal. Ha fabricado cargos en mi contra
para lesionar mi carrera política y atacarme a mí y a mi familia”.
Entre las
revelaciones de su prontuario mafioso internacional en busca del perdón de ser
extraditado, el expresidente también escribió:
“En otra
ocasión, nos llamaron de la CIA para rescatar al exjefe de estación en Milán,
Italia, quien estaba siendo condenado por asesinar a varios terroristas
islámicos en Italia.
“Tenía una
alerta roja de Interpol y fue capturado en Costa Rica. Nos pidieron que
condujéramos una misión de operación especial para entregarlo de manera segura
a la CIA, y lo hicimos.
“Siendo un
ciudadano italiano, me llamó el embajador italiano y otras autoridades que
también me amenazaron e hicieron énfasis en que yo enfrentaba serias
consecuencias por impedir que las autoridades italianas capturaran a un
fugitivo de los más buscados”, señaló.
En un
lenguaje plañidero, el texto escrito el 14 de mayo y divulgado este viernes por
su abogado Sidney Sittón, casi ruega al actual gobierno porque “no hay manera
de que los Estados Unidos pueda garantizar que mis derechos humanos no serán
violentados cuando regrese a Panamá”.
Con relación
a Cuba, el expresidente se refirió al espectáculo montado con el barco
norcoreano Chong Chon Gang.
Después de
varios años de investigaciones, tribunales panameños ordenaron la liberación
del buque, detenido 15 de julio de 2013, sus marinos y oficiales, y la entrega
inmediata del azúcar inicialmente confiscado, propiedad de Corea del Norte, que
tras cuatro años de mal almacenaje no era apta para consumo humano.
Martinelli,
de 66 años, hizo pública la carta con la intención de convencer al Departamento
de Estado estadounidense de que no lo extradite, o que, en caso de hacerlo, que
lo haga asegurándose de que sea bajo una cláusula que obliga a Panamá a
procesarlo solamente por el delito por el cual lo requiere.
El
expresidente fue pedido por la justicia panameña porque está acusado de
malversar fondos para crear una red de espionaje que alcanzó a 150 personas durante
su mandato.
Pero en
Panamá la justicia lo investiga en más de una veintena de otros casos de
corrupción, cinco de los cuales llegaron a la Corte Suprema. Ninguno de ellos
está vinculado al pedido de extradición, razón por la cual Martinelli pide acogerse
a la “cláusula de especialidad” del tratado de extradición de 1905.
A
continuación, enumera otras ocho ocasiones en las que tomó decisiones
respondiendo a los deseos de Washington.
Una de
ellas: “Cuando las negociaciones con las FARC comenzaron en Cuba, nosotros
apoyamos los intereses estadounidenses”. Otra: “Durante mi mandato, instalamos
el ‘sistema de reconocimiento facial’ de criminales y personas de interés,
vinculado a la base de datos del FBI”.
Además, “en
la ONU, Panamá votó con Israel el 100% de las veces, por lo cual fui declarado
persona non grata por varias organizaciones árabes”.
El
exmandatario, quien se exilió en Miami en 2015, fue detenido el 12 de junio del
año pasado. Dos meses después, el juez federal Edwin Torres lo había
considerado extraditable, una decisión que ratificó en enero de este año la
jueza federal Marcia Cooke. La defensa apeló entonces este último fallo ante
una corte superior en Atlanta (Georgia, sureste).
Hasta que
este jueves Martinelli renunció a continuar su proceso de defensa ante la
justicia estadounidense y aceptó así que el Departamento de Estado decida si
procederá con la extradición o no.
“Que él
desista voluntariamente del recurso (de hábeas corpus) no quiere decir que
acepta la extradición ni que está aceptando volver voluntariamente a Panamá”,
explicó a la AFP en Miami su vocero, Luis Eduardo Camacho.
“Sencillamente
está limpiando el camino a que, quien tiene que tomar la decisión, la tome”.
“Él tiene
que venir extraditado, para venir amparado en el tratado de extradición”,
continuó Camacho. Este amparo le asegura que “sólo puede ser procesado por la
causa por la que se le pidió”.
Al volver a
su país, prosiguió el portavoz, Martinelli tiene la intención de presentar su
candidatura como alcalde o diputado, ya que no han pasado los diez años
requeridos para volver a postular a la presidencia.
(Con
información de Prensa Latina y AFP)