Por Pedro Martínez Pírez
Con gran brillantez concluyó ayer en La Habana
el Congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, UNEAC, que eligió
como nuevo Presidente a Luis Morlote Rivas y consagró al poeta, ensayista y
etnólogo Miguel Barnet como Presidente Honorario.
Licenciado en Letras y Profesor Invitado de la
Facultad de Humanidades de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas,
Morlote, quien se ha destacado como notable realizador radial y televisivo, era
el vicepresidente primero de la UNEAC y el pasado año fue electo Diputado al
Parlamento cubano por la ciudad de Santa Clara.
El laureado intelectual Miguel Barnet ejerció
durante once años la presidencia de la UNEAC, fundada el 22 de agosto de 1961 y
cuyo primer Presidente fue el Poeta Nacional de Cuba Nicolás Guillén.
El Congreso fue clausurado por el Presidente
Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quien pronunció un sólido y abarcador discurso que
fue en varios momentos interrumpido por los aplausos de los delegados que
colmaron una de las salas del Palacio de Convenciones de La Habana.
El presidente cubano se declaró como “un
apasionado del arte y de la cultura en sus más diversas expresiones”. Y en sus
esclarecedoras palabras resaltó el papel desempeñado por Fidel Castro, quien en
más de una ocasión acudió a la vanguardia intelectual y artística para
enfrentar los desafíos a la Revolución.
Como ha venido haciendo en los últimos meses,
Díaz-Canel criticó el burocratismo y la falta de profesionalidad que ahogan la
creación, y llamó a elevar la crítica cultural.
Recordó que Cuba enfrenta los proyectos
subversivos y la oleada colonizadora global que la UNEAC debe continuar
rechazando con valentía, compromiso revolucionario e inteligencia. Subrayó que
la actual administración estadounidense destina nuevos y mayores fondos a la
subversión para destruir a la Revolución.
Díaz-Canel finalizó sus palabras reiterando las
coincidencias de la vanguardia intelectual y la Revolución, que defienden una
Cuba libre, independiente y soberana, fiel a su historia, que garantiza la
justicia social y la justa distribución de la riqueza, que respeta la dignidad
plena del ser humano y que repudia todas las formas de discriminación.
Un país, subrayó, donde no prosperen nunca el
crimen organizado, la trata de personas o el terrorismo, defensor de los
derechos humanos de todos y no de segmentos esclusivos o privilegiados, libre
de toda forma de violencia, esclavitud y explotación humana, y con un ejercicio
ejemplar de la democracia del pueblo y no del poder antidemocrático del
capital.
Un Congreso para no olvidar fue el de los
escritores, artistas e intelectuales de Cuba finalizado este domingo en La
Habana con un discurso magistral del presidente Díaz-Canel que tuvo amplia
repercusión nacional.
La Habana, 1 de julio de 2019