Esteban Morales
Yo creo que lo que allí ocurre es consecuencia de no haber
atendido a tiempo cuatro asuntos fundamentales:
1- Las condiciones de marginalidad de algunos de nuestros
barrios en La Habana.
2-La desatención o demora en reconocer y utilizar a las Ciencias
Sociales.
3- A pesar de la alerta temprana de Fidel, haber desatendido,
durante mucho tiempo, la cuestión racial.
4-Algunas deficiencias en nuestro trabajo político-ideológico.
Sobre los tres últimos puntos, he alertado bastante.
Pero a resultas de mis alertas, más nunca me llamaron a la Mesa
Redonda, cuando aparecen las caras de sus protagonistas, la mía nunca esta. A
pesar de haber estado, de manera individual, entre los que más ha concurrido a
la Mesa Redonda.
Ninguno de los que me publicaban ahora me publican. No me han
llamado más a la Televisión Cubana. Suerte que TELESUR me dio trabajo.
Múltiples trabajos también he escrito sobre la cuestión racial,
tres libros y decenas artículos, alertando siempre sobre el papel que
deben jugar las Ciencias Sociales y sobre la importancia del trabajo
ideológico. De los cuales seguro, ustedes han leído alguno. En ellos he tenido que
librar, no pocas batallas, para que no me acusen de racista, acepten mis
criticas como necesarias y no crean, qué por viajar mucho a los Estados Unidos,
esas cosas las he traído de allá. De lo cual no pocas veces se me ha acusado.
Cuando el racismo y la discriminación no los trajo nadie, de ninguna parte.
Están aquí, porque nacieron, con nosotros, como nación. Y de aquí los
eliminaremos algún día. Para gloria de todos los cubanos. Ya se trabaja en ello
dentro de una Comisión Gubernamental, presidida por Miguel Diaz Canel, presidente
de la república.
Tenemos barrios marginales, qué conozco muy bien, pues los he
visitado, para que nadie me cuente. Y, además, porque cuando tuve que venir de
mi pueblo, hacia La Habana, en octubre de 1958, viví, más allá del triunfo
de la Revolución, en el barrio Jesus Maria, en la calle Vives No. 258 entre
Alambique y San Nicolás. Conozco muy bien el Barrio, porque participé en la
Coubre, allí ingrese en los Jóvenes Rebeldes y trabaje en la Dirección
Provincial del 26 de Julio, que quedaba en Arroyo y 27.
En esos barrios, el nivel de vida es muy bajo, siempre lo fue. Estando
plagados de delincuentes, prostitutas, de gentes desclasadas, que vive con lo
diario que consiguen. No quiere decir, que todos sus vecinos sean prostitutas,
antisociales y delincuentes.
Viven también ellos muchas personas decentes y revolucionarias.
Pero es el ambiente que siempre ha tendido a dominar. Por lo general, las
relaciones sociales, formas de comportamiento y mentalidad,
están aún bastante alejadas de lo que reflejan nuestros medios
periodísticos, rádiales y televisivos.
El estado de las viviendas, las calles, las condiciones
materiales, no contribuyen a generar un ambiente social sano. Por lo cual,
muchas familias, luchan por tratar de mudarse a otras barriadas y en el barrio
va quedando lo peor.
Entonces, van generándose actitudes, formas de comportamiento, lenguaje coloquial,
filosofía de vida, que todo es muy diferente al ambiente en que la mayoría de
nosotros vivimos y nos desenvolvemos.
En general, no hay hábitos de lectura, el interés por estudiar es
muy bajo, el sentido de superación intelectual y cultural es muy bajo también.
El acceso a la Universidad es muy limitado.
A una mayoría, lo que les
interesa es ganar dinero, tenerlo más bien, aunque sea sin
procurárselo por formas licitas y morales. Por tanto, quien les ofrezca
dinero, compra a no pocos, con relativa facilidad, aunque sea para realizar
actividades antisociales, e incluso, a veces contrarrevolucionarias.
La bebida en exceso es muy acostumbrada, entre el tipo de persona,
que genera ese barrio. Más bien, a no pocos, lo que les interesa es fiestear y
emborracharse. Como resultado, en su inmensa mayoría, dentro del ambiente en
que viven, no les interesa destacarse por lo positivo, sino por lo negativo, lo
cual no pocos lo exacerban. En el vestir, el hablar, el
comportamiento, la forma de conducirse socialmente, el modo en que tratan a las
mujeres.
Por lo que entonces, las personas, llamémosles normales, que allí
viven, sufren como especie de un arrinconamiento. Que les obliga a apartarse,
para no sufrir las consecuencias negativas, dé verse obligados a vivir bajo
tales condiciones.
El ambiente en que se vive, tiende a generar una ética de la
permisibilidad, ante cualquier delito. Tipo de Comportamiento similar, es el
trato que, por lo general, reciben las mujeres. Estas últimas, muchas veces,
reaccionan igual, con tendencia a juntarse con ese tipo de hombres, que algunas
los consideran más “machos”. Por lo general, este tipo de mujer, al recibir del
hombre cualquier atención culta, trato de respeto o delicadeza,
los cofunden con la homosexualidad, como un tipo flojo y afeminado. Lo que
sirve para alimentar el comportamiento grosero e irrespetuoso, con tendencia a la brutalidad
hacia ellas. Sín percatarse, a veces, de que ellas mismas contribuyen al peor
trato de que se les hace objeto. Por lo que entonces, el feminismo, la lucha
por la igualdad y el reconocimiento a la condición de mujer, no tienen mucho
espacio entre muchas de ellas.
Se desprecian las leyes, a quienes las aplican, a la policía, en
particular, la odian y no les merece ningún respeto. Los ven como sus enemigos
y nunca como agentes del orden o vigilantes de las buenas costumbres. Por
eso, la tendencia, es, a no delatar a nadie, a pesar del delito que haya
podido cometer. Pues lo anterior es considerado como acto de "chivatería”,
falta de hombría, lo cual muchos consideran debe ser castigado, incluso, con
una paliza o con la muerte. Siendo la venganza un fenómeno típico del comportamiento
social.
No nacieron asi, pero, no pocas veces, el ejemplo que reciben en
la casa, los va formando de ese modo; pues, en no pocas ocasiones, los mismos
padres, les inoculan costumbres, formas de comportamiento, valores,
éticas, inversos a los que la media de la sociedad exige de ellos. De aquí
también, a veces, su comportamiento ante la educación, el respeto a los
maestros, la autoridad y las instituciones del gobierno.
Frente a ellos el trabajo ideológico que se hace es menospreciado,
el de la UJC les parece como elitista y el del resto de las organizaciones
no les logran atraer hacia las buenas costumbres.
Fidel se preocupó mucho de eso, cuando hablo varias veces,
sobre la cuestión racial y genero lo de los “Trabajadores Sociales”, ante
la realidad de la cantidad de jóvenes, que ni estudiaban ni trabajaban. Se
decía que unos 80,000 en la provincia de La Habana. También oriento hacer
investigaciones para saber que ocurría con los niños en estos barrios. Si a las madres, les alcanzaba el dinero, para
comprarles los alimentos, si los niños tenían televisor y juguetes, etc.
Tratando de aliviar una situación social, que ya podía ser considerada como
crítica.
Pero todo eso quedo en las buenas intenciones de Fidel y no se
siguió el trabajo que se venía realizando. Veníamos entonces, de una situación
en que la prostitución, la droga y estos problemas de tipo social, no se
consideraba tuvieran cabida en nuestra sociedad. Pero Fidel los percibió
claramente desde el principio y oriento trabajar sobre ellos.
Hoy entonces, esos barrios están afectados por la delincuencia, las drogas, gente sin
ideología, desclasadas, marginadas, a las cuales ya les hemos llegado tarde.
Manifestándose sus consecuencias.
En esos barrios, por lo general, la revolución no se ha logrado reproducir
y a la contrarrevolución, que les ha acechado siempre, no le resulta muy
difícil atraerlos. Si a ello agregamos, la Pandemia y las difíciles condiciones
económicas que hoy atravesamos, diría, que estamos en la más compleja situación
para abordar sus problemas. Aunque estoy seguro que lo vamos a hacer. Porqué
nuestra política social y el interés de que “nadie quede desamparado”, son
reales. Y se están reforzando dentro de la política económica actual.
No hubieran sido contrarrevolucionarios, en su inmensa mayoría,
pero nosotros, con la desatención y el deficiente trabajo político-ideológico,
se los hemos estado regalando a la contrarrevolución. Tal vez, sin percatarnos
de ello. Púes, si la revolución hubiese logrado trabajar más fuertemente contra
las desigualdades, la cuestión racial, la marginalidad, la invisibilización;
si nuestra televisión y nuestros medios en general, hubiesen sido siempre más
visibilizadores de las diferencias, hubiesen debatido más nuestros problemas,
de cosas sobre las cuales, apenas, solo se comienza a hablar ahora, hubiese
sido menos difícil luchar contra ese ambiente y rescatar a sus víctimas de
los problemas que ahora les aquejan. Y que la contrarrevolución aprovecha.
Pero nos concentramos en los avances, descuidando, que no todos
llegamos de igual forma a la sociedad cubana actual y esos se han ido quedando
atrás. Siendo la mayoría, negros y mestizos, lamentablemente, pobres en
general. Que son los que quedaron, más directamente, afectados por los “puntos
de partida”, más alejados del bienestar social y cultural, que la revolución,
desde el principio, ha prodigado a muchos.
San Isidro, no es el único barrio de La Habana, con esas
desigualdades, marginalidades y desventajas sociales, que han degenerado en las
actitudes contrarrevolucionarias de unos cuantos.
Existen otros Barrios. Y no solo en La Capital.
¿Qué debiéramos hacer ahora?
Creo que debemos prestar atención, con urgencia, a los asuntos siguientes:
1- Hay que
prestar atención a las necesidades materiales de esos barrios, para mejorarlas.
Sin hacer promesas, ni propaganda. Simplemente comenzar. Lograr que la gente
vea que su situación material comienza a mejorar.
2- Hay que
volcarse sobre esos barrios con un trabajo ideológico y cultural de calidad. No
con discursos o con charlas. Ni con clases magistrales.
3- Hay que
revisar la situación de todos esos barrios, Cuasi cuaba, La Lisa, Siboney,
Atares, Luyano, etc. Que, si no se han virado, es porque allí existen proyectos
comunitarios y un liderazgo barrial positivo.
4- Hay que
desempolvar todo lo que las Ciencias Sociales han investigado y ponerlo en
ejecución. Formular nuevos proyectos y acabar de darles a las Ciencias Sociales
el lugar que les corresponden y merecen, dentro del trabajo científico general
y en el tratamiento de los problemas, en particular. Hay potencialidades
científicas para hacerlo.
5- El partido
debe revisar a fondo el trabajo del Aparato Ideológico y volcar parte de las tareas
de sus cuadros en las direcciones que esta situación demanda.
6- El barrio de
San Isidro, hay que negociar con ellos. Ver que es lo que quieren. Llevarlos a
la lógica de lo que pueden pedir. Y tratar de convencerlos de lo que no se les
puede dar.
7- Formular una
estrategia, para ayudar a los núcleos del partido, ante situaciones de esta
naturaleza. Por qué estoy convencido de que esta lucha sigue. Y los
insalvables, ya del lado de la contrarrevolución, continuaran, mientras puedan,
aprovechado la compleja situación que vive el país, para cumplir sus propósitos
vinculados con la actual política de Estados Unidos hacia Cuba.
Biden ya les dio la política de derechos humanos, en su reciente
informe, con la que continuaran
presionando y tal vez no hagan nada por ayudar a que el país solucione sus
dificultades. Todo lo contrario, trataran de exacerbarlas. Generando un compás de espera, para ver cómo termina la
historia.
La Habana, Abril 18 del 2021
OVACIÓN.
ResponderEliminarOjalá te escuchen quienes deben.
Abrazos
Una muy interesante radiografía que propone también soluciones. Hay que aplicar las Ciencias Sociales. Gracias profesor
ResponderEliminarSe agradece su reflexión, pero decididamente hay quienes no toleran los cuestionamientos. Ni los suyos, ni los de Luis Manuel Otero Alcantara. A usted no lo invitan a la televisión y a él tampoco. Usted propone en su punto 6 un acercamiento y sin embargo, se optó por allanar la casa de Luis Manuel, arrebatarle sus obras e impedirle salir a reclamarlas. Algo está funcionando muy mal, no creo que ese sea el país que queremos.
ResponderEliminar..problemas expresados con claridad, pero que no son el problema. El problema sigue siendo que no hay manera de detectar problemas, denunciarlos, y obrar sobre esos problemas como individuos o grupos de individuos, sin una patente oficial para ello, sin un entrenamiento burocrático e ideológico que permita ascender a determinado escaño de decision o acción. Y por eso siempre se llega tarde a los problemas, se dicen cosas, permitidamente, en el 2021, que se habian dicho por otros hace veinte años y mas, y que debido a esa preclaridad, a ese valor, han arastrado y arrostrado dificultades, como usted mismo. El congreso reafirmo la misma obtusa politica de cuadros, donde cada vez sera mas imposible un adarme, para usar la palabra mas fina en el discurso del presidente en la clausura, de sorpresa, de buena improvisacion, de real creatividad, sino que se atornillo la maquiavelica politica de cuadros, que no es mas que el embudo especular que solo permite que los mejor adiestrados mimos puedan ascender, para evitar cualquier mutacion al estilo gorbachov o de klerk, introducirse en el estamento. Y por supuesto, los mandelas han de ser estigmatizados, descuerados, antes de que puedan pasar de la juventud alocada y ¨marginal¨a la relfexividad d ela edad madura
ResponderEliminarSe siente dolido mi profe, tiene mucha razón, se ha perdido mucho tiempo en dejar que los virus se convitrtieran en pandemia y sobre todo que sea utilizado por quienes no descansan por vernos en el suelo. Es una caida de la que tenemos que levantarnos pues como bien dice, en estos barrios hay gente super honesta y buena y muchos de los que se manifiestan y usan la "bondad" de los que no mueren si no nos ven en crisis, como un medio hasta de subsistencia. La atención es impostergable, tenemos que ponernos y cambiar esa imagen que sin desearlo se ha dejado que aflore. Estoy seguro que todos entenderán y podamos seguir conviviendo y luchando por la vida como se ha construido siempre. Con prisa, sin pausa y mucha conciencia de que son seres humanos los que ahi están.
ResponderEliminarMi nombre es Pedro Carlos Pérez Martinto, muy cubano y apoyo el sentir.
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